En
ese momento, cuando sonó el despertador el detective Jack Mazzola que estaba
completamente dormido, tiro el aparato contra la pared quedando este completamente
hecho añicos. Paso más de una hora hasta que abrió los ojos y tras unos
bostezos, se levanto. Se puso la ropa
interior y los calcetines que la noche anterior se había quitado y se asomo por
la ventana.
Como todos los días invernales de la cuidad
neoyorkina, tenía toda la pinta de hacer frio y en ese momento comenzó a nevar.
Jack residía en la última planta de un gran bloque de apartamentos al norte de Brooklyn, desde donde se podía
ver con toda claridad el Lower Manhattan.
Mientras Jack seguía observando como caía la fría
nieve sobre el suelo de la calle y la dejaba completamente blanca, sonó el
móvil. Jack que se había quedado atontado mirando por la ventana, cuando se dio
cuenta de que le llamaban se apresuro a contestar. Con tantas prisas se tropezó con la cama y se
cayó al suelo dándose con todos los morros. Se levanto de un salto y contesto.
-Sí, ¿Quien llama?- con una voz de dormido que no
podía con ella.
-
Mazzola, que coño haces,
deberías haber venido a la comisaria- contesto la persona que estaba al otro
lado- Ven ya de una puta vez, siempre haces lo mismo.
- ¿Jefe?- Pregunto Jack aun sabiendo que la respuesta
seria un sí rotundo- Voy inmediatamente. Y colgó.
Tras la llamada, Jack fue al baño corriendo, tan
rápido que casi se vuelve a caer. –Mierda, si que ando patoso esta mañana-
balbuceo. Se lavo la cara con agua fría y rápidamente se dirigió a la cocina, abrió la nevera y cogió la
botella de zumo y la leche. Abrió ambas y como si un neandertal se tratara
inclino ambas y comenzó a beber, derramando parte de los líquidos a las
baldosas de la cocina.
Dejo las botellas sobre la encimera y dijo:
-Esto ya lo limpiare cuando vuelva por la noche.
Entro en la
habitación, completamente patas arriba, se agacho y saco unos pantalones de
debajo de la cama. Abrió el armario y pillo una camiseta y una cazadora, se
vistió rápidamente. Justo cuando iba a salir de casa se dio cuenta que no se
había calzado. Alcanzo unas botas que tenia al lado de la entrada, metió los
pies en el calzado se las ato y salió de casa.
Bajo por el ascensor directamente al garaje.
-Aquí esta, mi preciosidad- Refiriéndose a un Dodge Challenger
de los años 70, que el mismo había restaurado. Se subió y comenzó a conducir.
Tenía que estar en la 73 en tiempo record, para ello
coloco las luces y las encendió.
Mientras tanto en la comisaría, donde debería estar Jack, el capitán Mark
Torrance recibía a un nuevo detective proveniente del estado dorado,
California.
-Hola, bienvenida estamos encantados
de que hallas llegado- Dijo el capitán.- A partir de hoy seré tu superior, el
capitán Torrance.
-Encantada-. Le respondió esta.- Mi
nombre es…. En ese momento Mazzola apareció.- Ya estoy aquí, ya he llegado-
Balbuceo mientras intentaba coger aire.
-Mazzola, no interrumpas un
conversación- La grito el capitán.- Continúe detective ¿Como decía que se
llamaba?
-Si, muchas gracias. Me llamo
Katherine Wright, pero podéis llamarme
simplemente Kate.- replico esta.- Encantada de estar aquí.
-No-. Grito Jack ya recuperado del esfuerzo
realizado.- El placer es nuestro. A por cierto yo me llamo Jack, Jack Mazzola-.
Haciendo una reverencia hacia la bella mujer.
-Ya que nos conocemos todos- Expreso con tono
sarcástico el capitán Torrance.- Todo el mundo a trabajar, que a propósito de
esto, vosotros sois compañeros y tenéis un cadáver en la Throop Avenue numero
485-. Habiendo dicho esto ambos detectives se apresuraron a la escena del
crimen.
Cuando ambos detectives llegaron a la escena del
crimen había un gran alboroto, muchos de los vecinos del barrio estaban
agolpados en las cercanías del edificio. El edificio donde estaba el cuerpo era
un antiguo centro comercial, actualmente reformado y convertido en un casino.
En cuanto bajaron del coche Jack se emociono tanto que su nueva compañera Kate
lo tuvo que sujetar para que no entrara como una exhalación al recinto de
apuestas.
Mientras le sujetaba del cuello de la chaqueta le
comento con un tono serio:
-Estamos trabajando así que, contrólate-. Mientras
Jack miraba el casino como un perro un hueso deseoso por cogerlo. –Espabila ya
coño-. Vocifero la mujer. En ese momento Mazzola reacciono y le dijo a su compañera:
-Entremos, tenemos trabajo-. Kate le soltó la
chaqueta y mirándole con una cara de sorpresa
se adentro en el casino junto con su compañero. En el interior se notaba que algo había
pasado puesto que no había nadie jugando en las tragaperras ni apostando en las
mesas de juego. Al entrar a los detectives, de la policía de Nueva York, les
recibió uno de los empleados del casino.
Era joven de
unos 24 años, no muy alto y con el pelo corto y castaño vestía un uniforme que
constaba de una camisa blanca con pantalón negro y una chaquetilla roja.
-Bienvenidos, ustedes deben ser los detectives
asignados al asesinato del Sr. Dyatlov-. Afirmo el empleado del casino.-
Síganme-. Los detectives acompañaron al joven por el casino hasta que llegaron
a un ascensor. El joven trabajador saco una llave de bolsillo de la chaquetilla
y la introdujo en una de las ranuras que había, en ese instante la puerta se
abrió:
-Este es solo para el personal del casino y como no
para el jefe-. Les cometo el chaval
mientras subían los pisos en el ascensor.
-Entonces, con lo que está usted diciendo es… que el
asesino es alguien del personal-. Dijo con una gran seguridad el detective
Mazzola. En ese segundo el ascensor llego al piso donde se situaba el despacho
del Sr. Dyatlov y la sala de seguridad. El joven empleado no contesto nada al
policía y la detective Wright pregunto:
-¿Hay grabaciones del despacho Dyatlov?
-No señorita, tan solo hay cámaras de seguridad en la
parte inferior del casino. Este piso no está vigilado.- Le contesto el muchacho.-
Si hacen el favor de seguirme les mostrare todo.
Los detectives y el joven continuaron andando por el
pasillo hasta que llegaron a una puerta, que si no había ninguna duda era el
despacho del dueño del casino. Abrieron la puerta y dentro se encontraban el médico
forense y otro empleado del establecimiento.
-Ya era hora de que llegaran ustedes dos-. Les
recrimino el forense a los dos policías.- Voy a ir directo al grano, el Sr.
Dyatlov ha sido golpeado con algún objeto contundente. No muestra signos de
defensa y de momento no puedo deciros más, tendré que analizarlo más a fondo.
-¿Y para eso
venimos? Caguen la…
- Cállate ya Mazzola.- interrumpió su compañera.- Ya
lo siento, es muy infantil el hombre, cuando sepa mas avísenos, además ya es
tarde mañana vendremos a interrogar al personal. Los detectives salieron de la
habitación, bajaron por el ascensor y salieron del casino. Se subieron en el
coche. Eran las 7 de la tarde hora de cenar y Jack le pregunto a la detective
Wright:
-¿Por qué has dicho eso?
- ¿Decir el qué? Tan solo he dicho la verdad.- Le
contesto con una voz seria.- Arranca que tengo hambre. A ambos le rugían las
tripas.
- Te invito a comer, por aquí cerca hay un pequeño
bar donde ponen unas hamburguesas que son para cagarse. Y sin decir nada Jack
arranco el coche, piso el acelerador y se dirijo al bar.
Aparco el coche en la acera de enfrente, ambos
bajaron del auto y cruzaron la calle después de haber cenado Jack dejo a su
socia en casa y se fue a un bar de copas como todas las noches de su vida
policial habían venido haciendo.